Los comienzos fueron de la mano de Salvador Martos, tío del actual propietario, dando los servicios de relojería y joyería.

Allá por los 70 se hizo cargo Juan Manuel Mellado Rojas dándole un enfoque de joyería actual en aquella época.

En los 90 David Mellado, hijo de este, a su vez que cursaba sus estudios colaboraba con su padre, aprendiendo las entrañas del negocio.
Al poco tiempo hizo una inyectada de sabia nueva potenciando la joya por encargo y la exclusividad a demanda del cliente, pasando la totalidad del negocio a sus manos.

A comienzos de los 2000, se reforma el establecimiento y se centra en la compra venta de oro, plata, joyas, diamantes y la comercialización de lingotes de inversión.